
El reto y la oportunidad del relevo generacional
El mercado laboral español está viviendo un momento único. En los próximos años, millones de profesionales con una larga trayectoria se jubilarán mientras una generación más pequeña y con nuevas expectativas se incorpora al mercado laboral. Este cambio marcará un antes y un después en la manera en que las empresas gestionan su talento, garantizan la continuidad del conocimiento y preparan su futuro. La transición generacional, más que un desafío, es una oportunidad para replantear los modelos de trabajo y construir organizaciones más modernas, diversas y preparadas.
Observamos cada día cómo la estructura del empleo está transformándose. No se trata solo de cubrir vacantes o atraer perfiles jóvenes, sino de asegurar que el conocimiento acumulado durante años no se pierde y que cada etapa profesional encuentra su espacio en una organización en evolución.
1. ¿Qué está pasando?
España ha entrado en una etapa en la que la salida de profesionales supera ampliamente la entrada de nuevas generaciones. Se prevé que más de cinco millones de personas se jubilen en los próximos años mientras que la incorporación de talento joven será considerablemente menor. Las consecuencias ya son visibles. Sectores con alto nivel de especialización están empezando a sentir la ausencia de perfiles capaces de asumir roles críticos y muchas organizaciones reconocen la necesidad urgente de prepararse.
La pirámide poblacional, cada vez más envejecida, agrava esta tendencia. No solo contamos con menos personas jóvenes, sino con una gran concentración de trabajadores en edades próximas a la jubilación. Esto crea un contexto en el que la planificación del relevo es esencial para sostener la actividad empresarial.
2. ¿Por qué esta situación es inevitable?
El escenario actual es el resultado de factores que llevan años gestándose. La baja natalidad ha reducido progresivamente el volumen de personas en edad laboral mientras la esperanza de vida aumenta y alarga la etapa senior. A ello se suma la transformación del mercado laboral. Las empresas demandan nuevas capacidades, muchas vinculadas a la digitalización y la automatización, que no siempre se encuentran en el talento disponible.
Sustituir a quienes se marchan ya no es suficiente. La cuestión clave es encontrar un equilibrio entre la experiencia que se pierde y las habilidades que necesita el negocio. La brecha entre generaciones, tanto en número como en competencias, convierte el relevo generacional en un proceso que debe gestionarse con estrategia y sensibilidad.
3. ¿Qué pueden hacer las organizaciones?
La primera clave es anticiparse. Analizar con calma la estructura de la plantilla ayuda a entender qué áreas dependen de profesionales cercanos a la jubilación, qué conocimientos no pueden perderse y qué capacidades serán necesarias en los próximos años. Este tipo de diagnóstico permite diseñar transiciones cuidadas donde el talento senior deja de ser simplemente un perfil en salida y se convierte en un pilar de transmisión de conocimiento.
La transferencia de experiencia se consigue a través de acompañamiento, aprendizaje conjunto y espacios donde generaciones distintas colaboran de forma natural. El mentoring, el job-shadowing y la documentación del saber hacer son herramientas valiosas para garantizar que el conocimiento no desaparece.
Al mismo tiempo, es necesario atraer e integrar talento joven con nuevas perspectivas y capacidades, especialmente digitales. La mezcla entre experiencia y nuevas habilidades aporta equilibrio, creatividad y una visión más completa del futuro del negocio.
La gestión de personas y nómina también juega un papel esencial. Las empresas necesitan políticas adaptadas a cada etapa profesional, esquemas de jubilación flexibles, modelos de compensación coherentes y una planificación basada en datos que permita anticipar vacíos de talento.
4. ¿Por qué importa tanto ahora?
El relevo generacional ya no es un debate del futuro, es una realidad que está ocurriendo hoy. Las organizaciones que no se preparan pueden encontrarse con la pérdida de conocimiento crítico, con interrupciones en procesos clave e incluso con una menor capacidad para innovar. Sin embargo, aquellas que dan un paso adelante suelen descubrir beneficios importantes.
Cuando diferentes generaciones trabajan juntas y se enriquecen mutuamente, los equipos ganan resiliencia, diversidad de pensamiento y una visión más completa para afrontar los retos del mercado. La mezcla de experiencia y talento emergente es una fórmula que impulsa la creatividad y fortalece la competitividad.
5. Cuando la anticipación marca la diferencia
En muchas empresas el relevo generacional no irrumpe de forma repentina, sino que se va gestando poco a poco. Basta con detenerse a observar la estructura de la plantilla para descubrir que gran parte del conocimiento estratégico está concentrado en profesionales que se jubilarán en pocos años. Este tipo de análisis suele ser el inicio de un cambio importante.
Cuando una organización reconoce este escenario y decide anticiparse, lo hace a través de conversaciones, escucha activa y comprensión real de cómo fluye el conocimiento dentro de los equipos. Esa mirada permite diseñar acompañamientos, nuevas responsabilidades graduales y dinámicas de aprendizaje compartido que garantizan que el relevo no se sienta como una ruptura, sino como una transición natural.
Las empresas que actúan a tiempo ganan tranquilidad, reducen riesgos y fortalecen su capacidad de adaptación. No se trata solo de evitar problemas, sino de construir un modelo de trabajo más sólido para los años que vienen.
6. Mirando hacia el futuro
El relevo generacional no debe entenderse como una pérdida, sino como una evolución necesaria. Cada salida abre espacio para nuevas capacidades y cada llegada encuentra un terreno fértil cuando hay conocimiento disponible para ser compartido. Las organizaciones que gestionan esta transición con serenidad, escucha y estrategia suelen avanzar con mayor solidez y confianza.
El futuro del trabajo será intergeneracional y quienes sepan combinar la madurez profesional con la energía y la innovación de las nuevas generaciones tendrán una ventaja clara. Lo importante es que el conocimiento no se quede atrás, sino que fluya, crezca y se proyecte.
Para seguir explorando ideas, tendencias y buenas prácticas sobre este y otros temas relacionados con la gestión del talento, puedes visitar la sección de recursos.
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