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Hoy hablamos con Jorge Viejo, director de Recursos Humanos en Arup, con más de 20 años de experiencia en el ámbito de las personas y su desarrollo dentro de organizaciones complejas. Jorge defiende un enfoque humanista y reflexivo de los RRHH, en el que la escucha activa, la flexibilidad y el acompañamiento individual importan más que los datos. En esta conversación nos comparte su visión sobre el papel estratégico de los RRHH, el valor de entender a cada persona en su contexto vital y profesional, y su rechazo al uso mercantilista del término "talento". Una entrevista para repensar qué significa realmente poner a las personas en el centro.
En el equipo de Recursos Humanos tenemos la suerte de poder participar de la estrategia empresarial desde el punto de vista de los empleados. RH está a medio camino entre la empresa y los empleados, lo que hace que sea un papel delicado. Sin embargo, poder influir en la estrategia empresarial teniendo el punto de vista de las personas que forman parte de la empresa, es a la vez una satisfacción y una responsabilidad. Participar de dichas decisiones, y hacerlo tras entender lo que las personas quieren de la organización, después de constantes conversaciones, hace de RH un actor privilegiado.
La opinión generalizada es que debemos fijarnos en los datos y en la parte digital y en la IA. Sin embargo, para mí lo importante es precisamente no dejarse llevar por los análisis de los datos. Las personas están a gusto en un trabajo y en una empresa por su experiencia individual y única. Los datos nos van a ayudar a ser más efectivos, a entender mejor a la mayoría de nuestros compañeros. Pero esto no va a ser suficiente. Cada persona tiene una carrera única, con unos anhelos, unos miedos y unos objetivos. Y, además, estos van a ir cambiando y evolucionando con el desarrollo de su propia carrera. Para cuidar de cada persona de manera individual los datos no son suficientes. Solo queda sentarse, escuchar, entender, proponer, acompañar. En definitiva, creo que los datos son una herramienta, pero no deben alejarnos de nuestro ámbito de trabajo, que son las personas.
Nuestro foco está puesto en aumentar nuestra flexibilidad y adaptabilidad. Partimos de la base de que solo la persona conoce a fondo sus intereses, limitaciones y objetivos. Y que estos son muy diversos, si tenemos en cuenta a todos los profesionales que configuran la empresa. Como equipo de Recursos Humanos, debemos trabajar en proveer un marco flexible en el que podamos abarcar todos los intereses de nuestros empleados, y además establecer vías de comunicación con el empleado para entenderlos. Este marco flexible debe englobar todo lo que podamos gestionar: ya no hablamos solo del horario o de dónde trabajar, sino también de tener una carrera flexible. Debemos ser flexibles para adaptarnos a las velocidades de carrera de nuestros empleados, y ellos pueden elegir si crecer vertical u horizontalmente. Debemos ser capaces de adaptarnos al empleado, aprovechar el máximo potencial de cada persona en su momento vital.
Huir de la palabra "talento". Considero que es una versión mercantilista de la relación que tenemos dentro de la empresa. Me gusta pensar en la palabra "empresa" como lo hacían en los mitos griegos: una aventura conjunta, a la que es imposible llegar solo. Cada uno con un papel, adaptándose a lo que la misión requiere en cada momento, sin dejar de trabajar por el mismo objetivo. A fin de cuentas, en una empresa hay un grupo de personas que trabajan juntas por un objetivo común. Ponen sus talentos en juego, sí, pero también sus miedos, sus anhelos, sus objetivos, sus ganas de aprender. Y todo ello es válido, y necesario, para llegar a buen puerto. Trabajamos con personas, no solo con esa parte de la persona que es efectiva en este momento concreto. Considero que la palabra "talento" es limitada. Es solo una parte de lo que la persona es.
Dentro del equipo de Recursos Humanos debemos estar atentos a los cambios que impactan en la sociedad. Creo que en el momento actual el motor del cambio social va a estar en la IA. Poco a poco se está implantando en nuestras tareas diarias, pero estamos solo ante la punta del iceberg en cuanto a su impacto en el mundo laboral. Sin embargo, no tengo ni idea de cómo va a ser el futuro que nos espera. También creo que la reducción de la jornada semanal, que terminará implantándose antes o después, va a tener un gran impacto, y es un reflejo de lo que la sociedad quiere: compatibilizar tiempo personal y profesional. Debemos definir retos profesionales atractivos para los empleados, que les motiven en su día a día laboral.
Que se rodee de personas de las que pueda aprender, y que las escuche. Que vaya definiendo su camino profesional, y que tenga la flexibilidad suficiente para adaptarse a los cambios que ese camino puede sufrir. Y que escuche
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